Incluso antes de que hiciera su debut en la Fórmula 1 con el equipo Toleman en 1984, estaba claro para aquellos en el deporte que Ayrton Senna tenía un talento especial. Lo especial quedó claro en la segunda carrera de su segunda temporada, cuando ganó el Gran Premio de Portugal de 1985 en el Lotus 97T con motor Renault.